No podrá despertarme el sonido repetitivo de la cuerda chocando
contra el mástil, ni el balanceo sobre el agua, ni el olor a salitre, ni
siquiera el chapoteo de los peces. Para salir de este letargo basta con cortar
la cuerda y navegar a la deriva y llegar a otro puerto.
Hola Angel, tienes un blog precioso...y unos textos e imágenes con mucha personalidad. Me ha encantado pasearme por aquí. Un cordial saludo y gracias por visitarme y dejar tu impresión.
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