miércoles, agosto 1

Barrotes


A la derecha del cementerio, vallado con barras de hierro oxidado, se extiende un camino que baja y luego se bifurca a derecha e izquierda. Hacia un lado, una fila de laboriosas hormigas me barran el paso y hacia el otro.., después de quince minutos caminado, no hay salida. Al final una gran puerta con un prohibido pasar y un aviso de peligro por riadas. Vuelvo al cementerio, estoy atrapado en esta inmensa libertad. Como dijo Corcobado “la libertad es la cárcel mas grande de todas las cárceles”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario