Hemos recorrido el camino hacia la fuente, aún hay agua, las
pisadas crujen. El agua que cae dentro del plástico, suena artificial, es fría porque
tenemos calor. Pasamos bajo el tronco del árbol caído. El sol, ya no hace
brillar el agua pero cogemos un largo palo y golpeamos el rio, el agua salpica mojándonos
las risas, brillan las gotas en el aire, oímos los pájaros, el correr del agua
las hojas caen… los membrillos nos miran.
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