Dejarse la piel vale la pena si al final te conviertes en un
ser nuevo, esto es solo envidia, en realidad dejarse la piel no sirve para nada,
si no es para aplacar una obsesión o es simplemente un acto de masoquismo. Todo el esfuerzo en hacer algo gratificante
pierde el sentido si para ello te dejas la piel. Cuando se sienten los primeros
desgarros lo mejor, ahora que llueve, es mirar al cielo y tomar unas bocanadas
de lluvia mientras las gotas nos hacen cerrar los ojos.
Cuanto tiempo que no publicabas amigo...
ResponderEliminarMe fascina esta foto, pero más el texto-reflexión que lo acompaña...
Gracias por venir a casa.
La fotos son de una casa situada en Peñíscola, Castellón. Se llama LA CASA DE LAS CONCHAS.
Me alegra tu vuelta!
Besos.